CAPÍTULO 24 - UNA EXTRAÑA NORMALIDAD CHAPTER 24 - A STRANGE NORMALITY

 

Aquel fin de semana fue uno de los más felices para los Padmore. John los acompañó en su recorrido de Kingsford Farm deteniéndose en cada una de las construcciones y especialmente en la casa principal, una maravillosa mansión de estilo Tudor, algo ajada por haber estado deshabitada y falta de mantenimiento durante muchos años. Finalmente, Paddy y Florence dieron su visto bueno a la propiedad maravillándose por cada detalle que veían, parándose en las ventanas que no cerraban, las viejas chimeneas de piedra con escudos labrados, los jardines convertidos en una selva enmarañada…

 ─Nada que un poco de trabajo y amor no puedan arreglar ─era la respuesta de Florence a cada desperfecto que Mr. Little les hacía notar.

 ─Trabajo, amor y… dinero, querida ─observó Paddy.

 ─Bueno, un motivo más para rebajar el precio en la negociación con el albacea ¿no crees? ─respondió Florence con una sonrisa traviesa.

 Y Paddy sonreía con resignación mirando a su amigo John y diciendo:

 ─ ¿Ves? Además de guapa, inteligente y sensata.

 A lo que John se limitaba a responder con una sonrisa cómplice mirando a Florence. 

 

That weekend was one of the happiest for the Padmores. John accompanied them on their tour of Kingsford Farm, stopping at each of the buildings, and especially at the main house — a marvellous Tudor-style mansion, somewhat worn from having been uninhabited and neglected for many years.

In the end, Paddy and Florence gave the property their seal of approval, marvelling at every detail they came across: pausing at windows that no longer shut properly, old stone fireplaces adorned with carved crests, and gardens now turned into a tangled wilderness…

"Nothing a bit of work and love can’t fix," was Florence’s reply to every defect Mr Little pointed out.

"Work, love and… money, my dear," Paddy observed.

"Well, just another reason to lower the price in negotiations with the executor, don’t you think?" replied Florence with a mischievous smile.

And Paddy would smile with resignation, looking at his friend John and saying:

"See? Beautiful, intelligent, and sensible."

To which John would simply respond with a knowing smile, glancing at Florence.