CAPÍTULO 15 - LA GRAN DEPRESIÓN CHAPTER 15 - THE GREAT DEPRESSION

 

La conversación fue aligerándose y, yendo por otros derroteros, terminó en la misión que Charlotte se había autoimpuesto con la entrega del viejo pañuelo.

 ─ ¡Vaya! No sé si será el mismo, pero tuve un compañero de armas en Sudáfrica que se llamaba Charles Foster ¿Será descendiente del que nos ocupa? ─preguntó Churchill.

─Pues no lo sé, sería fantástico, una casualidad entre mil… ─respondía una sorprendida Charlotte.

─ ¡Sí! ¡Entonces sí que habría que decir que el mundo es un pañuelo! ─exclamó el “primo” Winston jocosamente provocando la risa estrepitosa de toda la mesa.

Y así, entre risas, se dio la comida por terminada despidiéndose en un ambiente alegre y hasta de euforia, tanto por el amable encuentro como por los licores ingeridos.

Al día siguiente, Charlotte recibió la llamada de Charles Edward Foster confirmando la fecha y la hora para su deseado encuentro con el heredero del preciado pañuelo. Sería en la residencia de los Foster en Downton, Wiltshire, que quedaba a cierta distancia de Londres.

─John, ya he quedado con Charles, pero tendrá que ser en Downton…─se lamentó Charlotte ante su hermano.

─Bueno, no te preocupes, iré contigo, no vas a ir sola, Margot no va a venir porque tendrá que quedarse cuidando de Andrew y él es demasiado pequeño para darle ese palizón de viaje ─se ofreció John presintiendo que algo no iba del todo bien ─de todas formas te advierto que hay que madrugar, estamos a unos ciento cincuenta kilómetros y tardaremos varias horas entre la ida y la vuelta…

The conversation lightened and, taking a different path, ended with the mission Charlotte had set for herself with the delivery of the old handkerchief.

"Wow! I don't know if it's the same one, but I had a comrade-in-arms in South Africa named Charles Foster. Could he be a descendant of the one we're talking about?" Churchill asked.

"Well, I don't know, that would be fantastic, one among a thousand chances..." replied a surprised Charlotte.

"Yes! Then we'd have to say it's a small world!" exclaimed "Cousin" Winston jokingly, provoking uproarious laughter from the entire table.

And so, amid laughter, the meal ended, parting in a joyful and even euphoric atmosphere, both due to the friendly encounter and the liquor consumed.

The next day, Charlotte received a call from Charles Edward Foster confirming the date and time for her long-awaited meeting with the heir to the precious scarf. It would be at the Fosters' residence in Downton, Wiltshire, some distance from London.

"John, I've already made an appointment with Charles, but it'll have to be at Downton..." Charlotte lamented to her brother.

"Well, don't worry, I'll go with you. You won't be going alone. Margot won't be coming because she'll have to stay and take care of Andrew, and he's too young to give her that long of a trip," John offered, sensing something wasn't quite right. "Anyway, I'm warning you that we have to get up early. We're about 150 kilometers away, and it will take several hours to get there and back."