¡FELIZ NAVIDAD!

 

– ¡Claro que sí, padre! Pero no crea que le saldrá gratis, ¿eh?

– ¿No? – se extrañó el sacerdote.

– Claro que no. A cambio de todo esto, tendrá que celebrar el servicio de Nochebuena. Y se me ha ocurrido que podríamos celebrar un servicio mixto anglicano-católico junto al padre Gómez, que es un sacerdote católico de aquí, viejo amigo de la familia, que me impartió la catequesis para mi conversión al catolicismo. Es una persona muy liberal y de mente abierta.

– Bueno, hijo mío, yo nunca he celebrado un servicio así, pero supongo que algo podremos hacer. Espero que no suponga un problema para nadie.

– Seguro que no, padre, podremos celebrarlo en el hotel Reina Cristina, esta noche vendrá el director a la fiesta y le pediré el favor. Seguro que aceptará encantado.

Mr Smith dejó al padre Brown aseándose y arreglándose para la fiesta, y bajó para contarle a Hopkins, que se había quedado un rato a solas leyendo la prensa del día, su estrafalaria idea del servicio navideño interconfesional.

– ¿Está seguro que saldrá bien, James?

– ¡Claro! ¿Por qué no? Será algo novedoso y seguro que tiene mucha concurrencia.

A continuación, subió de nuevo a su dormitorio, donde estaba su mujer vistiéndose, y le contó la brillante idea.

– Pero...¿No será un problema para el padre Gómez? ¿No tendrá que contar con la autorización del obispo o algo así?

– ¿Y por qué tiene que enterarse el obispo? Además, el padre Gómez es perro viejo y no creo que le importe mucho la opinión de la jerarquía católica.