LA CAZA DEL ZORRO

 


– El sábado próximo tenemos partida de zorro en La Almoraima. Espero que venga, estaré encantado de recibirle.

– Bueno – respondió Hopkins titubeante – yo iría encantado.....pero.....

– ¿Pero qué?

– Es que no tengo mi equipo de montar aquí. Ni siquiera se me ocurrió incluirlo entre el equipaje que viene de camino – explicó Hopkins – no suponía que durante la conferencia tuviera la ocasión de ir de caza. Nadie me lo dijo y a mí tampoco se me ocurrió preguntar.

– ¡Ah, es eso! – exclamó el duque sonriente – ¡No hay de qué preocuparse, hombre! Seguro que en casa encontramos algo.

Siguieron hablando sobre la caza del zorro y de los invitados que asistirían. Estaban enfrascados en la conversación cuando apareció Mr Smith, que como de costumbre venía a tomar el aperitivo. Después de un rato de presentaciones y charla, Mr Smith invitó a comer al duque y al coronel.

– Me da cosa, James – dijo Hopkins y añadió – su pobre mujer debe de estar harta de sus invitados.

– ¡Ja, ja, ja! – rió Mr Smith de buena gana – ¡En absoluto! Ella disfruta teniendo invitados. Y más como los de hoy. ¡Un coronel y diplomático británico, y un duque español de rancio abolengo! ¡Estará encantada! – comentó divertido.

Los tres hombres se levantaron de sus sillones y se dirigieron a Villa Smith por la estrecha calle empedrada.

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