LA MARCHA DEL PADRE BROWN - FATHER BROWN'S FAREWELL

 

– Créame, James, créame cuando le digo que es mejor para mí no desayunar en abundancia si no quiere que le ofrezca un desagradable espectáculo hasta Gibraltar – replicó el padre Brown.

Todos desayunaron con premura por el poco tiempo que faltaba para la salida del vapor desde el puerto algecireño. El Margarita salía a las siete en punto hacia Gibraltar y el Empress of India zarparía antes del mediodía, por lo que no podían permitirse perder el primer vapor. 

Los saludos de despedida fueron muy emotivos, se habían encariñado con el padre Brown. Su situación personal era desoladora y el calor de hogar que había encontrado en Villa Smith le fortaleció el ánimo en unos momentos muy delicados. Cuando las despedidas terminaron, todos salieron a la puerta de la casa donde ya esperaba un coche de caballos que Mr Smith había avisado. Una vez que ambos hombres montaron en él cargando el breve equipaje del padre Brown, el cochero dió la orden de arrancar y los habitantes de la casa agitaban sus manos. Esteban, el Golden de la familia Smith, movía su cola como un abanico, con las orejas levantadas, mientras miraba atentamente a unos y a otros sin comprender qué estaba pasando.

"Believe me, James, believe me when I tell you that it is better for me not to eat a large breakfast if you don't want me to put on a nasty show all the way to Gibraltar," replied Father Brown.

Everyone had breakfast in a hurry because of the little time left for the steamer to leave the port of Algeciras. The Margarita left at seven o'clock for Gibraltar and the Empress of India was due before noon, so they couldn't afford to miss the first steamer. The farewell was very emotional, they had grown fond of Father Brown. His personal situation was sad and the homely warmth that he had found in Villa Smith strengthened his spirits in a very delicate moment. When the farewells ended, everyone went to the door of the house where a carriage, which Mr Smith had ordered, was already waiting. Once both men got into it carrying Father Brown's brief luggage, the coachman drove off and the inhabitants of the house waved their hands. Esteban, the Golden of the Smith family, moved his tail like a fan, with his ears raised, while he looked attentively at one and the other without understanding what was happening.