VACACIONES EN INGLATERRA
– ¿Y dónde iremos, Mrs Hopkins? – Preguntaba la pequeña Elfrida.
– Cogeremos el tren e iremos a la playa de Bideford ¿Qué te parece? – a lo que la pequeña Elfrida respondió con una amplica sonrisa de aprobación.
Al día siguiente, fueron a Longdown en cuyo apeadero montaron en el tren hasta la cercana Exeter y de allí a Bideford, al Norte de Devon. En sus extensas playas de arenas grises Claire había pasado muchos veranos de su infancia. Los Hopkins habían reservado habitaciones en el Royal Hotel, un coqueto edificio que conservaba algunas partes desde el siglo XVII a la orilla del río Torridge, y que no estaba muy lejos de la playa. En el hotel y en algunos restaurantes de sus alrededores, disfrutaron de delicias culinarias de la zona que hacía tiempo que no probaban. Después de un largo fin de semana dedicados a los paseos por la playa y por la ribera del Torridge, las comparaciones con la playa del Chorruelo de Algeciras eran inevitables.
– ¿Comprende ahora por qué nos enamoramos de Algeciras, James? – preguntó Hopkins a su amigo el vicecónsul.
– Perfectamente, Archibald – respondió Mr Smith – esto tiene mucho de Algeciras, sólo que allí el tiempo es mejor, las arenas son más finas y las aguas más templadas.
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