UN CUMPLEAÑOS MUY FELIZ


 

– Pero, querida, es tu cumpleaños, deberías disfrutar del día – replicó Hopkins, alarmado ante la posibilidad de que se estropeara la fiesta sorpresa.

– Bueno, estando en casa con mis seres queridos es la mejor forma de disfrutarlo ¿no crees?

No había acabado de decir esto, cuando Mary bajó las escaleras con el pequeño John en brazos.

– Mary, creo que hoy podías tomártelo libre...

La sorprendida niñera no supo qué decir. Hopkins la miró y trató de hacerle un gesto con la mirada que la pobre no alcanzaba a comprender. En un rasgo de genialidad, Mary dijo:

– Voy un momento a la cocina para preparar el desayuno del pequeño – mientras se lo entregaba a su mamá que le hacía carantoñas.

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