¡FELIZ NAVIDAD!
Los niños Smith se despertaron tarde. Estaban cansados después de la dura tarea de ayudar en la decoración del árbol. Ya habían comenzado las vacaciones de Navidad y estaban exultantes de alegría. El matrimonio Smith se levantó muy temprano. Ella para organizar la fiesta de esa noche y él para un asunto urgente en el Viceconsulado: un viajero inglés había sido atracado de camino a Gibraltar para embarcar hacia el Reino Unido y le habían robado todas sus pertenencias, incluido el pasaporte. Tendrían que expedirle uno nuevo de urgencia, un laissez passer o salvoconducto. Los Hopkins también madrugaron y todos coincidieron en el comedor casi a la vez para desayunar.
– Mrs Smith, ¿en qué le puedo ayudar? – preguntó Claire.
– Pues mire, querida, mientras yo estoy en la cocina echando una mano con el menú, quizás podría ir recolectando flores del jardín para hacer unos cuantos ramos que podamos disponer en jarrones aquí y allá, y luego podríamos, entre las dos, decorar las columnas y la baranda de las escaleras con algunas guirnaldas, ¿qué le parece?
– ¡Fantástico!
– Estupendo, querida. Ahora cuando terminemos de desayunar le diré dónde están los cestos para traer las flores del jardín. Antonio le ayudará a cortarlas, especialmente las rosas, ya que tiene las herramientas necesarias.
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