DIPLOMACIA DE SALÓN

 

– ¿Qué ocurrió anoche? Se oían gritos y voces procedentes del muelle. Pensé que estaba soñando – preguntaba Mrs Smith en la cocina.

– Fue horrible, señora – le contó Pepita – no fue un sueño, por desgracia, chocaron dos barcos en la bahía y hubo muertos y todo.

Al escucharla, Mrs Smith se llevó la mano a la boca y subió disparada a los dormitorios donde todavía estaban su marido y los niños preparándose para bajar a desayunar.

– ¡Querido!¡Querido! – gritaba mientras subía las escaleras.

Al contarle lo que había ocurrido, el vicecónsul se alarmó. Los Hopkins, que ya estaban vestidos, salieron de sus habitaciones también asustados – ¿Qué ocurre? – preguntaba el coronel.

Inmediatamente, Mr Smith cogió su catalejo y salió a la balconada trasera de la casa con vistas a la bahía por si podía divisar algo. Sin embargo, los árboles impedían ver toda la bahía con claridad, pero sí que se podía observar al Elvira atracado en el muelle en una posición extraña.

– Lo mejor será que vaya al hotel, seguro que allí sabrán algo – dijo Hopkins.

En pocos minutos, el coronel estaba en el hall del Cristina informándose de primera mano sobre el incidente. Los corresponsales que estaban allí le contaron todo con profusión de detalles. Buscó a De Bunsen que estaba, precisamente, hablando con el príncipe Alejandro. El embajador se lo presentó al coronel y le contó lo que había sucedido. El duque de Almodóvar llegaba en ese momento y se acercó para interesarse. Inmediatamente, llamó a uno de sus asistentes para que enviara un telegrama a Madrid al presidente del Consejo de Ministros solicitando instrucciones respecto a la conferencia por si había que suspender los actos programados en esos días en señal de luto.