UNA VISITA REAL - A ROYAL VISIT
Una vez que el baile se dio por terminado, los invitados no se atrevían a abandonar la sala porque, por protocolo, no debían hacerlo hasta la salida de los Reyes. Sin embargo, el Rey no acababa de despedirse de la hija del gobernador de Gibraltar, Sir Frederick Forestier-Walker, una chica rubia, delgada y de ojos verde pálido de alrededor de la misma edad que el Rey. Mabel, que así se llamaba la joven, parecía no ser consciente del interés que estaba despertando a su alrededor y no fue hasta que Doña Victoria Eugenia se acercó a Don Alfonso cuando éste, haciendo como que se le había ido el santo al cielo, se despidió caballerosamente de la joven para alivio de Sir Frederick que ya había empezado a ponerse nervioso.
Once the ball was over, the guests did not dare to leave the room because, by protocol, they should not do so until the King had left. However, His Majesty had not finished saying goodbye to the daughter of the Governor of Gibraltar, Sir Frederick Forestier-Walker, a thin, blond girl with pale green eyes of about the same age as the King. Mabel, as the young woman was called, seemed unaware of the interest she was arousing around her and it was not until Doña Victoria Eugenia approached Don Alfonso that he, pretending he had lost track of time, chivalrously bid the young woman farewell to the relief of Sir Frederick who had already begun to get nervous.
Una vez que el baile se dio por terminado, los invitados no se atrevían a abandonar la sala porque, por protocolo, no debían hacerlo hasta la salida de los Reyes. Sin embargo, el Rey no acababa de despedirse de la hija del gobernador de Gibraltar, Sir Frederick Forestier-Walker, una chica rubia, delgada y de ojos verde pálido de alrededor de la misma edad que el Rey. Mabel, que así se llamaba la joven, parecía no ser consciente del interés que estaba despertando a su alrededor y no fue hasta que Doña Victoria Eugenia se acercó a Don Alfonso cuando éste, haciendo como que se le había ido el santo al cielo, se despidió caballerosamente de la joven para alivio de Sir Frederick que ya había empezado a ponerse nervioso.
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