REGRESO A LA RUTINA
Cuando se vinieron a dar cuenta, el tren iba aminorando la velocidad hasta detenerse totalmente en la coqueta estación de Algeciras antes de continuar hasta el muelle dando el tiempo justo a los pasajeros para bajar ellos y sus equipajes, aunque los Hopkins y los Smith se bajaban en el apeadero del muelle por estar más próximo a Villa Smith. La cantidad de equipaje era tal que mientras los mozos de cuerda se afanaban en colocar los voluminosos y pesados baúles, maletas, maletones y bolsos en los carruajes que esperaban a los pasajeros, los niños Smith, impacientes, subieron la cuesta que los separaba de su casa hasta llegar a la verja trasera, un rato más tarde llegaron los Hopkins, el matrimonio Smith, Florence la niñera y Carmencita, y al poco llegó el carruaje cargado hasta arriba con el equipaje de ambas familias.
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